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Victor Witter Turner

Victor Turner

Victor Turner

Victor Witter Turner nació en la ciudad de Glasgow, Escocia, el 28 de Mayo de 1920, más adelante en su vida llevado por una vocación fluctuante entre el arte y la ciencia, se convertiría en referente ineludible dentro de la disciplina antropológica, con especial fuerza en los campos que abordan estudios rituales y simbólicos en la sociedad humana.

Su padre era un ingeniero electrónico y su madre una actriz muy vinculada al ambiente teatral escosés, y como él se encargaría de dejar en claro en una de sus obras (Ritual to Theatre, 1982) estas diferencias profesionales de sus padres influirían luego en su vida, sus intereses y su producción teórica. A los once años de edad luego del divorcio de sus padres se muda a Bournemouth, sur de Inglaterra, donde es criado por sus abuelos maternos. Aquí recibe su educación y crece repartiendo sus intereses entre la lectura de los clásicos literarios, las ciencias, y el deporte.

Siendo un joven de dieciocho años comienza a estudiar literatura y poesía en la Universty College of London, sus estudios son interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial, por lo cual debe enrolarse en el ejército y lo hace como no combatiente. En 1943 se casa con Edith Brockslesby Davis, ella más tarde lo acompañaría en sus trabajos de campo e incluso seguiría realizando estudios continuando la perspectiva teórica de su esposo aún luego de su fallecimiento. En ésta época tiene sus dos primeros hijos con Edith y vive con su familia en un campamento gitano.

Más tarde retoma sus estudios y se forma con conocidas personalidades en el mundo de la antropología, entre ellos: E. Leach, Radcliffe-Brown, D. Forde y R. Firth. Se gradúa en Antropología en la Universidad de Londres a los veintinueve años de edad y se muda al norte de Inglaterra, donde inicia sus estudios de postgrado en el departamento de Antropología de Manchester, es aquí donde entra en contacto con su fundador Max Gluckman, cuyas ideas influyen en los primeros escritos de Turner. En ese tiempo Gluckman era director del Rhodes-Livingstone Institute, este instituto fundado por el Gobierno colonial británico en la década del 40, fue el marco de investigación de muchos antropólogos del momento, entre ellos Víctor Turner, que realizó sus primeros trabajos de campo entre los Ndembu de la actual Zambia (en aquél tiempo Rhodesia del Norte), entre 1951-1952 y 1953-1954, en estos periodos vivió en África con su esposa y sus tres hijos.

chizaluki

Chizaluki danza mientras las mujeres cantan. Instantanea tomada por Turner en los años '50. Esta foto apareció en La selva de los símbolos. Chizaluki es un "ikishi", un danzante, figura asociada a los ritos de iniciación. La ceremonia comienza cuando este ikishi recorre el campamento inspeccionándolo con su espantamoscas en mano. Entre los detalles ornamentales de la máscara se aprecia una gran barba blanca, símbolo de dignidad y jerarquía. A medida que la ceremonia avance, cargando a los niños, los ancianos del pabellón de la circunsición soplarán sobre sus oídos para que no sueñen con Chizaluki. © Siglo XXI editores y Cornell University Press

Fruto de estas experiencias es su tesis doctoral, publicada en 1957 con el nombre de Schism and Continuity in an African Society. Este trabajo tiene fuerte influencia del estructural-funcionalismo británico del momento, sin embargo en él se plantean conceptos que comenzarían a producir un corte con la perspectiva clásica de esta corriente. Turner propone la noción de “drama social”, dividido en diferentes fases, como principal unidad de análisis para estudiar los “procesos sociales”. Por medio de nuevas sugerencias conceptuales Turner intenta comprender y expresar la vida social y humana de una manera más dinámica y abierta en contraposición a otros modelos teóricos concentrados en sus aspectos estáticos. Y aunque todavía se encuadra dentro de la escuela en la cual se había formado, en este trabajo se anticipan algunas de las propuestas teóricas de sus posteriores estudios los cuales se irían alejando del estructural-funcionalismo y abriendo camino hacia una perspectiva simbólica-interpretativa, y a lo que más tarde él mismo propondría como antropología de la experiencia.

Este viraje comienza a ser más claro en La selva de los símbolos (1967), primera obra traducida al castellano, en ella Turner explicita su cambio de interés desde las estructuras políticas, económicas y de parentesco; hacia la rica vida ritual de pueblo Ndembu. Como el mismo relata, en un momento durante su trabajo de campo percibe que la ritualidad y los símbolos involucrados en ella, no son sólo un apéndice funcional a la estructura social, sino que son centrales para comprender el modo de ver y estar en el mundo de los ndembu. En esta obra postula que el estudio de los rituales y los símbolos asociados a ellos es fundamental para la comprensión de los procesos sociales y humanos en general. Y propone considerar diferentes propiedades simbólicas (la mutivocidad semántica, la unificación, condensación y polarización de sentidos) lo que permite un rico abordaje desde distintos ángulos. Otro aporte importante desde el punto de vista teórico-metodológico es el lugar que le otorga a la exégesis de los participantes en cuanto a los símbolos y su propio accionar en el ritual.

Ndembu

Escena en los rituales ndembu. © Siglo XXI editores y Cornell University Press

Luego publica El Proceso Ritual (1969), en él aparte de descripciones detalladas de la vida ritual ndembu, Turner desarrolla las nociones de liminalidad y communitas, categorías de comprensión que luego serían retomadas en múltiples estudios no sólo dentro de la antropología, sino también de otras disciplinas afines. La noción de liminalidad, inspirada en van Gennep, alude a un estado de apertura y ambigüedad, en el cual es difícil encuadrarse bajo alguna categoría, es la fase intermedia de un tiempo/espacio tripartito, esta fase no se puede identificar ni con la previa, ni con la posterior; y a la vez tiene parte de ambas. La liminalidad favorece el modo de relación social que llama communitas la cual es una manifestación de la anti-estructura, ya que se contrapone al modo de relacionarse estructurado y jerárquico en sociedad. Bajo la visión de Turner lo anti-estructural tiene un papel fundamental en los cambios y la generación de nuevas estructuras y formas de organización social.

Desde la obtención de su doctorado en 1955, Turner trabajó en la Universidad de Manchester; aunque luego de unos años lo hace solo por periodos, ya que recibe reiteradas invitaciones de universidades norteamericanas, país al cual se muda en 1968, aceptando un cargo en la Universidad de Chicago.

Su residencia en Estados Unidos de Norteamérica se prolonga hasta el final de su vida, en este periodo ampliará sus estudios a diferentes campos, en los cuales vinculará sus experiencias en África con fenómenos culturalmente más cercanos. En Dramas, Fields and Metaphors (1974) se produce una apertura hacia nuevos temas y abordajes, entre variados estudios históricos y etnográficos, hay un análisis de las peregrinaciones como procesos sociales que favorecen la communitas. Este tema, concentrarán gran parte de su trabajo de campo durante años, y lo llevarán junto a su esposa a participar en peregrinaciones religiosas en diferentes lugares del mundo, junto con ella publican en 1978 Imagén y Peregrinación en la Cultura Cristiana. Luego Edith confesará como fueron “capturados” con Víctor, por el fenómeno peregrino en México en 1969. En lo que originalmente fue un corto viaje al pueblo mexicano de Zacatecas, con el fin de recoger información sobre el calendario festivo y ritual, al verse rodeados por el gran movimiento de los peregrinos, decidieron caminar con ellos. A partir de este momento volverían año a año a participar, de esta y otras peregrinaciones en diferentes lugares del mundo.

En él último tiempo se profundiza en Turner la apertura hacia lo artístico, habiendo analizado anteriormente la metáfora como categoría hermenéutica, en una de sus últimas obras From Ritual to Theatre (1982) desarrolla los vínculos del arte escénico experimental, con el ritual y con su concepto de “drama social”. En el comienzo de esta obra explica la importancia del concepto de experiencia que toma del pensador Dilthey. Este filósofo es inspirador para la propuesta, que Turner realiza en los últimos años, de hacer una antropología de la experiencia, en la cual abriría la puerta no sólo al analizar e interpretar, sino también al intento de una comunicación inter-experiencial, donde el acento se coloque preferentemente en el compartir-comprender, y donde las “subjetividades” del “investigador-investigado” en lugar de ser consideradas irrelevantes, sean más bien centrales en el análisis hermenéutico.

Años después del fallecimiento de Turner en 1983, su esposa Edith publica dos obras que reúnen varios de sus artículos y ensayos, algunos de ellos inéditos.

Víctor Turner fue un pensador fecundo, y así como proponía trabajar con metáforas y conceptos anti-estructurales, su propia vida y sus intereses teóricos, fueron de alguna manera metáforas desafiantes al pensamiento estructurado dentro de la disciplina. Aún a través de sus obras, Turner continúa siendo una sugerencia de apertura, un dejar intersticios a lo desconocido, una inspiración que nos propone explorar el fenómeno humano dando un paso para internarnos en la selva de los símbolos.